5/5/13

Un domingo del 92

Hasta antes de aquella vez que volví al estadio de la mano de mi viejo, yo era un hincha de la U pero realmente no un seguidor. Me conformaba con oír eventualmente las noticias por radio o detenerme el lunes en cualquier kiosko a leer el resultado del último partido. Y eso era todo y entonces, era hincha de la U si alguien me lo preguntaba.
Hasta que un domingo del 92, para un partido con el Cienciano, fuimos al estadio Nacional y para más señales a Norte. Sabía que había una barra Norte y con mi viejo allí, en el lugar que ella se ubicaba, nos sentamos para ver los preliminares. Nunca se lo he preguntado pero dudo mucho que él supiera que allí era el lugar de la tal barra. Recuerdo que jugó Defensor, porque nos llamó la atención ese pericotero pegado a una nariz que era Julinho recién llegado del Brasil. Recuerdo también que jugó el Boys por las burlas a un 6-0 que acababa de recibir por Copa Libertadores. Muchas más cosas que eso no han quedado registradas.
En algún momento, sin embargo, entró la barra a la tribuna. Era la tarde, aun no la noche. Entró de golpe y se ubicó a los empujones en el centro de la tribuna, donde estábamos nosotros. Nos tuvimos que poner de pie y fuimos rodeados por cientos de jóvenes, mayores que yo, mucho menores que mi viejo y entonces ya nunca más pudimos sentarnos. Y empezaron los cantos.
Se cantaron canciones que yo ya no conocía. Las que me sabía eran de otra tribuna y de otra década. Saltaron, gritaron, cantaron para que saltemos (cosa que no hicimos) y así se fue dando todo hasta que llegó la hora. Salió la U y estallaron decenas de bombardas, cayó muchísimo papel, aquel día debutaban las nuevas contrataciones: Baroni, Letelier, el arquero Massi. La U ganó 4-0 con todos los goles en el primer tiempo. Nosotros no nos movimos de nuestro lugar hasta el final de esa larga tarde-noche y luego nos fuimos para la casa a seguir con nuestras vidas que hasta el día de hoy no se terminan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario