Algo anda mal cuando vemos repetidas innumerables veces frente a nosotros las imágenes de un crimen contra gente inocente y nos conmovemos. Algo anda mal pues no somos capaces de pensar en aquello que no vemos. Durante toda la tarde del lunes las mismas bombas explosionaron junto a los mismos inocentes y fueron mil las veces que lo vimos y entonces fue como si no hubieran sido ni dos ni tres sino cientos, miles de bombas que nos indignaban y nos llamaban a reflexión.
Hace poco más de diez años el presidente de Estados Unidos decidió que un país llamado Irak representaba un peligro para el mundo porque escondía armas de destrucción masivas. Envió una de las fuerzas militares más poderosas del mundo a protegernos de ese peligro. Desde el día en que se inició esa guerra murieron decenas de miles de inocentes, familias enteras, niños, bebes, mujeres, hombres, ancianos. Otros más quedaron físicamente mutilados, traumatizados por lo que vieron y vivieron. Se les llamó 'daños colaterales' y esto duró muchos años. No recuerdo a nadie pidiendo rezar por las muertes en Irak, ni manifestar su pena mediante mensajes en el ciberespacio, ni mucho menos ver portadas apocalípticas sobre el tema. Se celebró la caída de un dictador. NUNCA SE ENCONTRARON LAS TALES ARMAS QUE JUSTIFICARON ESTA GUERRA. No recuerdo tanta cobertura insistente como también lo hubiera merecido.
Está mal ser un terrorista y asesinar a gente inocente. Está mal ser un gobierno y también asesinar gente inocente. Ambos merecen ser despreciados, mi pregunta es ¿Por qué no es así? No tengo respuesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario