18/4/13

Una de Cantinflas

Cantinflas aparecía en un programa televisivo mexicano llamado Chiquilladas. Lo imitaba un niño que se hacía llamar Carlinflas y así es como lo llegué a conocer, todos los elementos de su personaje. Luego llegó el día en que sin mayor motivo busqué por todos los medios que tiene un niño que me llevaran a ver El Extra al cine. Fui un lunes, me llevó mi hermana mayor e imagino que la película se le anticipaba insoportable pues obligó, forzó, invitó a una de sus amigas para que la mantenga acompañada durante la función de marras. Fue matiné y una de las pocas veces que fui al cine mientras fui niño. Las otras fueron para Roger Rabbit, Bambi, y un par más que por prescindibles han sido enviadas a aquel lugar donde los recuerdos desaparecen sin mayor alegato de parte de nadie. 
En fin, el canal 9 pasaba sus películas cada domingo. Las veía junto a papá y hoy las sé prácticamente de memoria. O al menos eso me gusta pensar. Sus historias con moraleja me han enseñado mucho sobre lo bueno y lo malo y de las cosas que realmente valen. Ya se sabe, Cantinflas es el personaje sin mayor dinero que sobrevive gracias a la picardía pero sobre todo gracias a ser un buen tipo. Los buenos tipos siempre ganan en las películas. La realidad, como se sabe también, es muy diferente. Pero siempre se puede volver a ver una de estas historias y creer, sobre todo eso, creer.

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