Eran a muerte. Durante tres años o más, el clásico de la promoción fue la D contra la E. Se compartían las clases de deporte y en las frías mañanas del óvalo de Higuereta nos enfrentábamos en una batalla de dos horas por el honor de los goles convertidos y la deshonra de volver a clase mojado y derrotado.
Cada vez la cancha quedaba más chica para tanta entrega y en esta liga de dos en la que no había más premio que un primer lugar y el premio consuelo era irremediablemente el fondo de la tabla, se terminó jugando a cancha completa y arcos reglamentarios. en un caos táctico que favorecía a los habilidosos, entusiastas, mentirosos y limitados futbolísticos, que estratégicamente ubicados podían descansar, comentar y chonguear con frescura siendo igual parte de un partido inacabable que terminaba a las casi dos horas con un 'continuará' (la siguiente semana).
Como en cualquier clásico, los resultados eran siempre impredecibles. En el vestuario compartido, se podía terminar por escuchar a veces las quejas de 3 dedos o las excusas de Cane o los gritos destemplados y sonrientes de Rata buscando explicaciones inexistentes. Esto sucedía unas veces pues las otras la Tota podía estar renegando por un pase que se le fue entre las piernas o Topo hablando solo o la Pica en silencio porque al final, es solamente una pichanga Chato, no es para tanto. Llegar a la clase de alemán esperando que sea ya el recreo para celebrar o soportar alrededor de una mesa de ping pong.
Así era el fútbol, hermoso e infinito.
Te paso esto, que sé que te va a gustar:
ResponderEliminarhttp://www.advicetowriters.com/interviews/2012/4/5/cory-doctorow.html
He leido a Doctorow, pero la página en general... digamos que te devuelvo el favor de cuando me recomendaste leer el blog de Thays. ;)
Grande Chato .... ajjajajaja ... realmente lo recuerdas muy bien ... tan solo te olvidaste de los gritos de gol del famoso Yekini ...
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