Es difícil escribir cuando tienes miedo. Cuando eres un burgués que teme perder ese poquito que ha acumulado. Ese poquito de dinero, de cariño, de aceptación. Temer no te hace un burgués pero ser uno sí te hace temer porque eres lo que tienes, lo que muestras. Y lo que no se ve, no existe. O sea eres nada.
Es difícil escribir cuando temes decir lo que quieres decir y has aprendido desde siempre a guardarte lo que piensas para no ofender a nadie. Cuando te callas y esperas esos dementes diálogos imaginados en los que sí dices lo que quieres y como lo quieres decir y siempre imaginas un final feliz para ello. Sales ganador cuando esos seres recreados hacen (en tu retorcida imaginación) lo que les has ordenado, con diligencia y culpa.
Porque de eso se trata todo, de hacer que los demás hagan lo que tú quieres, como lo quieres, cuando lo quieres. Eso se parecería mucho a la felicidad.
¿Pero es de verdad así? ¿Ganarán los malos? No nos convencerán jamás de que eso es la felicidad ¿Esto será solo una arenga o la descripción del futuro a la vuelta de la esquina? Llega entonces el día en que te cogen débil y te vuelves uno de ellos.
Te dejas llevar y buscas esa felicidad incompleta, dominas a uno para que el no dominarte a ti mismo no sea una carga tan pesada.
Es difícil escribir cuando temes decir lo que quieres decir y has aprendido desde siempre a guardarte lo que piensas para no ofender a nadie. Cuando te callas y esperas esos dementes diálogos imaginados en los que sí dices lo que quieres y como lo quieres decir y siempre imaginas un final feliz para ello. Sales ganador cuando esos seres recreados hacen (en tu retorcida imaginación) lo que les has ordenado, con diligencia y culpa.
Porque de eso se trata todo, de hacer que los demás hagan lo que tú quieres, como lo quieres, cuando lo quieres. Eso se parecería mucho a la felicidad.
¿Pero es de verdad así? ¿Ganarán los malos? No nos convencerán jamás de que eso es la felicidad ¿Esto será solo una arenga o la descripción del futuro a la vuelta de la esquina? Llega entonces el día en que te cogen débil y te vuelves uno de ellos.
Te dejas llevar y buscas esa felicidad incompleta, dominas a uno para que el no dominarte a ti mismo no sea una carga tan pesada.
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