30/4/13

1ro de Mayo

Hace cinco años quise llamar pero no lo hice porque esperaba el mejor momento para hacerlo. Hoy no necesito llamarte porque te tengo muy cerca a mi. Hemos estado así de cerca por casi cinco años y las cosas no siempre son fáciles. Estate preparada porque este texto estará repleto de clichés, de los que a mi no me gustan pero que a ti te encantan. 
En fin, que decía que las cosas no siempre son fáciles, pero aquí seguimos. Éramos dos y hoy somos tres. Al inicio tanteábamos a ver como iban las cosas. Y fueron bien. Entonces decidimos que era hora de arriesgar un poco más. So we did. Y así ha sido siempre cada vez miramos más allá y se nos antoja que queremos ir hasta ese lugar al que ninguno ha ido jamás. Y vamos juntos. En el camino,claro, discutimos, peleamos, decidimos, nos queremos, hacemos el amor, nos dejamos de hablar, nos miramos en silencio, entendemos, renegamos, pero al final siempre llegamos los tres de la mano. Y ya se sabe, los aspavientos no van con nosotros. Una sonrisa sencilla y sabemos que somos felices. Suficiente con eso.
He aprendido tanto de ti que muchas veces me pregunto cómo era vivir antes de ti. A veces no te entiendo pero ya sé que no siempre lo haré. He aprendido a esperar con paciencia lo que resulta de aquello que haces. Casi siempre me contentan esos resultados.
Hace cinco años no hubiera imaginado estar aquí escribiéndote esto pero ya se sabe que mi imaginación es limitada. Te amo y eso es algo que quiero decirte hoy, cinco años después de esa llamada que nunca llegué a hacer y que al día siguiente tuve que fingir que olvidé. Me gusta estar contigo y eres la segunda persona que más amo en el mundo. Eres esencial a mi vida y así quiero que sigan las cosas. Una vez más, te amo.

29/4/13

Mayo

En el mes de mayo usualmente el colegio nos daba vacaciones. Una semana que a mi alrededor nadie más tenía. Entonces era por un lado una cuestión bastante envidiable, mirar a todos tus amigos pasar frente a ti, con uniformes, mochilas, mientras tú apoyado en la puerta o más bien en el portón buscabas alguna, cualquier ocupación que pudiera llenar estas horas de soledad. 
Para este mes, el verano ya está desaparecido y la neblina y el frío se han impuesto en cada mañana. Las ropas de invierno son usadas por primera vez en estos días iniciales de un mes nostálgico en el que tantas cosas sucedieron.
En este mes por ejemplo me ocurrió 'La Ciudad y los Perros'. Durante todos esos cinco días desiguales mi pensamiento estuvo en volver a clases pero en ese colegio militar lleno de testosterona en el que se fumaba, se bebía y se tiraba a una edad tan temprana y donde los nervios se aceraban de una vez y para siempre. 
Pero no fue como se quiso. La vuelta fue al mismo lugar de siempre. Ser o no ser, dejar de ser o seguir en lo mismo, el colegio que hacía todo diferente y al que se tenía que explicar ante los demás. Realidades diferentes que confluían en uno solo que no tenía la culpa de nada.
Mayo es el mes de la bienvenida al frío de Lima, la neblina tímida que empieza a cubrir pero luego se acobarda para no volver hasta un día después. Mayo.

La Casona Menguante

Al final de la calle uno encontraba un pequeño parque donde en las primeras memorias estaba el busto de Túpac Amaru. En realidad no estaba ni al final ni sobre nuestra calle, pero estaba bastante cerca y era fácil verlo para quien se dirigiera a la primera cuadra del Jirón Yungay. 
Pensándolo bien y hoy hacia atrás, esta área rectangular no era realmente un parque o quizás lo era cuando yo lo conocí pero se inició como el enorme jardín fronterizo de esa casa enigmática que se caía a pedazos hacia el acantilado de San Miguel. 
Seré honesto y diré que no tengo la más mínima idea de la actual existencia de esa casona. Sé que en aquel lugar hoy en día existen una serie de edificios sin carisma, nuevos ricos que se guardan para sí toda la vista al mar. Al haberlos visto a la distancia, grises e invasivos, no sé con ninguna certeza si se ha respetado esta casona misteriosa que mostraba una fachada de tiempos atrás blanca que alguna vez habrá sido, amarillenta que fue en los inviernos de mi niñez y adolescencia. Sé que se sabrá perdonar tamaña muestra de ingenuidad.
Tendría dos pisos o tres. Tenía un estilo que hablaba de un pasado aristocrático. Me he preguntado más de una vez como y en qué momento esta casa fue abandonada. Porque fue así, en estado de abandono, como yo la recuerdo. Cada mes, cada año un pedazo de este  lugar incógnito se desprendía y caía rodando hacia el mar, adonde no conseguía llegar pues la basura, el desmonte y luego la pista le impedían llegar.
Una vez, muchos años después de mi adolescencia y muchos más aún de mi niñez, llegué a tal lugar. Fui a la parte trasera, la que daba al mar y pude ver como era esta una casa de Barbie a escala natural.  Cortada por la mitad, se podían todavía mirar los acabados de este lugar que algún alma sensible decidió levantar para simplemente encender su corazón con cada recorrido por él. Un día sin embargo, esta sensibilidad se desvaneció. Y el lugar que había construido primero en su mente y luego con paciencia, en terreno firme también, con constancia pero lentamente fue desapareciendo hasta quedar solo en el recuerdo borroso e inútil de un ser humano que de madrugada y en calzoncillos, intenta traducir al español esas sensaciones producidas en su recuerdo. Como puede verse, sin mayor éxito.

28/4/13

Hechos (I)

- La música te eleva, te lava el alma.
- Es mejor lamentar algo que hiciste que algo que no hiciste.
- La vida es lo que te pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes.
- Más allá de toda pena, siento que la vida es buena.
- Yo sé que amas a una persona, ¿ Por qué no puedes amar a dos?
- Odiamos cuando nuestros amigos tienen éxito.
- Carne = Asesinato.
- Canta tu vida, cualquier idiota puede pensar en palabras que rimen. Muchos otros lo hacen, por qué tú no?
- Cuelguen al DJ porque la música que pone todo el tiempo, no me dice nada sobre mi vida.
- De tanto darte amor, te hice feliz.
- Mi dulce Señor, realmente quiero conocerte, ir contigo.
- No deberías dejar a otras personas recibir los golpes por ti.
- Todo lo que necesitas es amor.
- No puedes ser feliz con tanta gente hablando a tu alrededor.

26/4/13

Llamadas indescifrables

Llaman de pronto y te acuerdas de todas esas anécdotas y noticias en las que todo comenzó con una llamada y unos segundos de ingenuidad. Te preguntas cien veces quién podría estar llamando a esta hora y no hay respuesta satisfactoria mientras el teléfono sigue repicando una melodía de Beethoven degradada hasta la repetición infinita. Buscas el teléfono, persigues su sonido y preferirías no encontrarlo y que todo se solucionara con el silencio inesperado pero estas cosas de suspenso nunca se solucionan con tanta facilidad. Los segundos pasan y parecen horas. Esperas que haya respuesta al otro lado de la línea, que no sea alguien con intenciones de timarte o una mala noticia. Ubicas la luz amarilla de la pequeña pantalla del inalámbrico y la duda es por solo una fracción de segundo. Tienes que hacerlo, contestar para que la incesante, apremiante música se detenga y esta pesadilla despierto se termine de una buena vez. Además quienes duermen sufren tu indecisión, el timbre podría tener el poder de despertarlos de una buena vez. Piensas que cuesta mucho quedarse dormido como para dejarse despertar por una llamada. O dos. Podrían insistir si decides ignorar a tus oídos. Todo esto en un segundo. Contestas.
Ya ha sido muy tarde, escuchas el pitido que indica que ya no hay nadie esperando que presiones la tecla verde. Entonces ahora es la angustia. El número en la pantalla acaba de existir para ti. Te preguntas si debes hacer algo al respecto. Llamar hacia atrás como alguna vez leíste que se maltraducía la expresión en inglés. El recuerdo te hace sonreír. Finalmente decides posar el auricular sobre la mesa en la que trabajas. Intentas volver a lo que estabas haciendo hace un minuto. Pero la mente no se maneja con interruptores, toma tiempo aquello. Ya has dejado atrás lo que te perturbó. Vas volviendo y eres el de hace tres minutos, te satisface sentir que tus latidos se han estabilizado así como el sudor de las manos. El teléfono, ahora a tu costado, vuelve a sonar.
Ahora lo coges decidido. No necesitas reconocer el número para saber que es el mismo de la primera vez. Estás decidido y tu primera palabra es aló, como siempre. Se oyen voces pero sobre todo una música de fondo que alcanzas a identificar, es una celebración y la canción la detestas como todas aquellas que se ponen de moda. Una voz que apenas logras comprender anuncia a alguien más. Oyes la palabra hija y luego algunas incoherencias con voz infantil. Ahora lo que no puedes hacer es colgar. Quieres reaccionar pero no sabes cómo hacerlo. Es absurdo contestar, la niña no entendería, buscas excusas para tu silencio. Todo sigue así por 20 segundos. Una confusión de voces precede a un nuevo pitido. Todo ha terminado. 

25/4/13

SOLO

¿Y si buscas en el ropero? Más de una vez has encontrado alli aun cuando no buscabas. Esas cosas suceden las tardes silenciosas en que nadie más te rodea y tienes los espacios para ti en este lugar inmóvil en el que otros habitan aunque hoy falten
Te bajabas de la ventana como podías y el cuarto era tuyo aunque no durmieras allí. Podías subir a las camas y saltar infinitamente que nadie había para reprenderte. El escritorio era tuyo y en los cajones dabas rienda suelta a tu curiosidad inquieta, revisando papeles ininteligibles, carpetas desordenadas y pintando con colores nuevos los blancos también inacabables.
Después podías ir a la sala y el silencio era sepulcral. Desde afuera venían voces, sonidos de autos, pasos que bajo la puerta se colaban, pero dentro eras tú y la nada. Abrumado, ibas de un lado a otro sin entender muy bien que esto que parecía eterno, acabaría sin que lo puedas saber con el sonido de esas llaves que terminaría en el ligero movimiento de la cerradura que no verías pero adivinarías girando lentamente y dejando entrar la luz del día, aquella que habías dejado atrás, en la ventana de la que escapaste hacia estos territorios de piso de loseta y pared de yeso, donde la electricidad se podía ver y entender, donde el tapizado de los muebles reventaba y brotaba su carne amarillosa, donde el cielo medía 4 x 1 y a veces se interrumpía por ropa húmeda en cables desnaturalizados.
Toda esa soledad terminó por abrazarte y la dejaste, feliz de pertenecer a aquello que eras tú y el aire y un espacio deslucido donde tenías lo que siempre has tenido pero en plenitud y las necesidades se podían dejar para mañana porque siempre había un mañana para dejar de estar solo.

24/4/13

Los robotitos.


La casa del Robotito es la que ocupa la esquina que viene de la calle Arica. En el principio,su jardín estaba descubierto y quedaba a disposición de la comunidad para los usos que se tuvieran a bien llevar a cabo. Eran dos por tres metros cubiertos de grass que se protegían con una cerca de arbustos de unos 60 centímetros. Unos años más tarde, el tal señor Robotito o quizás fue su esposa, decidió que dos metros de ladrillo y cemento proporcionaban una protección más acorde a sus necesidades.
La susodicha pareja tenía dos hijas. Los nombres se han perdido en la tradición oral pero es recordado con certeza que estas se aproximaban velozmente a la adolescencia al momento de la construcción del muro que las aisló un poco más del mundo. Era natural sin embargo que esta familia deseara la alienación del mundo que los rodeaba pues era sabido por todos que este les era hostil, desde las bromas mal solapadas hasta la ofensa directa usualmente ocasionada por algún balón de fútbol que cayó en los jardines de la casa y no fue devuelto o por la defensa de esta familia de su tranquilidad así como de su privacidad.
Se sabía además que el Robotito era psicólogo y era comentario periódico el mostrar una falsa sorpresa por el aparente dominio que su esposa ejercía sobre él. Se creía falsamente (es decir en realidad nadie lo creía) que por tener la mencionada profesión, el dueño de este predio debía ser capaz de dominar las mentes a voluntad para que ellas hicieran lo que él deseaba.
La casa del Robotito fue durante un largo periodo visitada con frecuencia por un par de los carasucias que luego de pasar la tarde jugando a la pelota, se bañaban y vestían con apuro para ir a visitar a las hijas a las que en poco tiempo lograron convencer de la conveniencia de ser novios.
Para sorpresa de todos, tuvieron largas relaciones con las jóvenes y para aún mayor sorpresa de los testigos, los más afectados al decretarse el fin de las mismas fueron los mencionados carasucias, quienes se embriagaron por varias horas sentados a la vereda a vista y paciencia de los transeúntes.

23/4/13

Libro


Plantar un árbol. Yala. Tener un hijo. Yala. Escribir un libro.

Al coger uno le abres la puerta a aquel que pensó que lo que tenía en la cabeza merecía perpetuarse. Alguien más tuvo que estar de acuerdo pues se animó a publicarlo. Y muchos más decidieron que estos tenían razón pues decidieron leerlo.

El te puede acompañar a todos lados pero a diferencia de Dios no te juzgará. Se abre para ti y el mundo desaparece. Deseas que haya tráfico para poder avanzar un poco más en tu lectura. Deseas quedarte a vivir en ese bus si solamente tuvieras la manera de hacerlo.

Miras tu biblioteca y es la historia de tus otras vidas. Con La Visual viajaste alrededor del mundo y conociste a mucha gente importante, con Zezé lloraste tras cada paliza, escuchaste la voz de don Ricardo contándote la historia menuda de esa ciudad caótica en la que vives, fuiste testigo del coloquio de dos perros y fue lo más normal del mundo, te impresionaste al saber que Teresa había atravesado la vida de esos tres cadetes adolescentes tan diferentes pero al final entonces tan iguales.

Y si no tienes nada que mirar en tu librero, entonces tu vida no es más que una lucha incesante por ser uno más pero con más que los demás. Y te pierdes de mucho por si no lo sabes pues las vidas que te faltan yacen allí.

Regalándome un libro me harás muy feliz. Hay cosas por las que sí vale la pena mendigar.

Regalándote un libro soy feliz. Disculpen el egoísmo.

22/4/13

Grandes Momentos del Rock and Pop: Moonwalk

Recibió la invitación con dos semanas de anticipación. No tenía el dinero suficiente para alquilar un smoking pero quizás para el día de la celebración podría juntar suficientes dólares. Necesitaba ir. Ya había pasado mucho tiempo sin ver a sus amigos de la industria. Decidió confirmar.
Un día antes del día de la ceremonia, aun no tenía el dinero. Entonces telefoneó a Billie, era el único que podría salvarlo esta vez. Fue sencillo, sin embargo, como si la vida  fuera cuestión de valor y actitud. Billie tenía un traje que le prestaría. Él también había sido invitado pero prefería no ir, es algo que no tiene ningún valor, pérdida de tiempo.
El día de la ceremonia se vistió el smoking muchas, quizás demasiadas horas antes de partir para el teatro. Cuando finalmente cruzó por la alfombra roja, muy pocas personas lo reconocieron. Apenas un reportero se le acercó y con la mano sobre el micrófono confirmó su nombre. Le preguntó por sus últimos trabajos y él tuvo que mencionar algunos de un par de años atrás pues acertó al pensar que a nadie le interesaría saber que lo último que  había hecho con su voz había sido animar algunas fiestas infantiles con su voz aun atractiva de presentador de los años 60. Luego el del micrófono le deseó suerte y eso fue todo. En televisión no se llegaron a ver estos escasos segundos pues en el mismo instante se le entrevistaba a Diana Ross a 10 metros de él y no hay más que decir en realidad.
Ingresó, buscó su asiento en la mezzanine y le fue difícil reconocer los rostros alrededor de él. Se preguntó si alguien lo reconocería a él y se alegró de sentir sobre sí un par de miradas. Al menos no era invisible.
Después la celebración dio inicio. Fue una ceremonia un poco larga en realidad. Pasados los primeros veinte minutos, ya se arrepentía de haber ido. Sobre todo porque era como si no hubiera ido. Ya se sabe, la filosófica pregunta de la hoja que cae del árbol y nadie la ve. Pasaron The Supremes, Marvin Gaye y un discurso inspirador para algunos sobre la historia de la música negra, todo francamente aburrido. 
Los Jackson Five se cantaron varias canciones de sus grandes éxitos. Pero claro, Michael ya estaba a años luz y se tuvieron que ir los ellos para dejarlo a él solo. Y entonces el lugar se inflamó. A él (no a Michael) le incomodó que muchos se pusieran de pie al iniciarse la canción pero no duró demasiado. A los pocos segundos ya todos estaban sentados, bailando en sus asientos y así pudo ver mejor el escenario. Aplaudiendo, por un instante se sintió parte de esa masa famosa, exitosa, requerida. La canción era Billie Jean, sonrió al relacionarla con el dueño del smoking. Sonrió también al pensar que el éxito de aquel Jackson le permitía darse el lujo de ni siquiera cantar, simplemente simular hacerlo. Buen bailarín, pero. Cuando ya la euforia había decaído, entonces llegaron esos segundos. Todos los conocen. No había más necesidad de fingir, el micrófono en el guante blanco, ignorante ahora de los labios que se movían silenciosos. Gestos precisos, ensayados hasta la nausea, los brazos y las piernas se sincronizan, nada que no fuera simplemente un poco mejor que el promedio. Las palmas acompañaban pero no esperaban lo que llegaba incontenible. Aunque sabía tanto como los demás, fue él uno de los pocos que se puso de pie sin saber, sin pensar, sin imaginar. Allí estaba y lograba verlo mejor de lo que lo había visto hasta ahora. Jackson se deslizó, caminó y retrocedió. Todo al mismo tiempo. Fueron apenas tres segundos. Pero el smoking valió la pena y la boca abierto se mantuvo hasta el final de la melodía grabada. Jackson elevó el brazo y ahora todos estaban de pie aplaudiendo sin pensar en ningún ritmo.

21/4/13

Lo Princi

Ese era el nombre que mamá le daba al desodorante. "Lo princi". Antes de salir acompañada por un o una alguien, mi hermana escuchaba indefectiblemente desde el cuarto donde se escondía mi mamá ante las visitas  un aviso, recordatorio, avergonzatorio: "LO PRINCI?". Y entonces ella respondía que yaaa o volvía apresurada sobre sus pasos para remediar la promesa de una situación embarazosa.
Fue también la lógica de papá cuando llegado al momento adolescente, fue necesario contarme que era posible percibir mi presencia sin verme, especialmente tras un partido de fútbol. "Bueno, me dijo, solo hay una manera de resolver esta situación." Acto seguido sacó de alguno de sus bolsillos uno Mum bolita mágica y me lo entregó como toda herencia adelantada de entonces y hacia la eternidad. 
Con el tiempo y durante un campamento sobre una cancha de fútbol en un año nuevo de tantos escuché a una que me gustaba pedirle a uno de mis amigos que por favor se lo rociara más allá pues podía caer rendida a sus pies. No comprendí que se trataba simplemente de una broma basada en una publicidad. Dos días más tarde era yo comprando un Axe en pleno mercado central. Lo usé hasta que una última camada me irritó hasta el desollamiento. Me apenó pero ya estaba grande para seguir creyendo en un marketing que había probado ser falso en cada una de mis desventuras amorosas.
Volví entonces al Etiquet. Discreto, honesto, efectivo. La convencí de usar el mismo pero en versión rosada y hoy tal, sin ningún esfuerzo, solo el de un trabajo bien hecho, domina el reino de nuestras ocultas, reprimidas fragancias.

Danny

Cuando fue niño, Danny vivió en una quinta de San Miguel, en la calle que marca su límite con Magdalena. En el departamento I. Tenía como vecino a un niño de edad muy cercana a la suya. Fueron primeros amigos y todo empezó cuando ambos, casi sin verse, iniciaron una conversación de ventana a ventana. Fue en realidad, cualquier conversación. Sus ventanas, sin embargo, no estaban una frente a la otra ni mucho menos. Estaban una junto a la otra, separadas por aproximadamente tres metros. Así, siendo físicamente imposible poder verse, se conocieron.
Obviamente, no pasó mucho tiempo antes de que finalmente se vieran y jugaran juntos. Su juego favorito era dar vueltas sobre sí mismos hasta finalmente detenerse y ver el mundo balancearse ante ellos y bajo sus pies. Y evitar caer. A veces corrían a lo largo de esa quinta solitaria midiendo sus velocidades o se sentaban a conversar con las rodillas indefectiblemente flexionadas. Danny siempre usaba zapatos. Juntos se enseñaron a saludar a quienes pasaban con un 'buenos días' o tardes. Hasta que un día Danny desapareció.
Pero algunos años más tarde volvió.
Esta vez tenía hermanos pequeños y ya no era tan divertido jugar con él. El mundo ya no era solamente la quinta aunque para él sí lo era pues lo era de sus hermanos a quienes todo el tiempo tenía que cuidar. Logró, sin embargo, enseñarle a su primer amigo una canción de la radio que estaba de moda. Se la sabían completa. Esta vez la temporada que pasó en la quinta fue más corta. Él y sus hermanos pequeños volvieron a desaparecer al poco tiempo y aquel departamento de la ventana contigua quedó deshabitado por varios años.

19/4/13

La U campeón 1985

Era un domingo más. En un instante, sin embargo, dejó de serlo. En realidad no fue solo un instante, fue toda una tarde de triplete. Tres partidos pero el importante era el de fondo. 
A la U la había conocido ya bien semanas atrás. Fue cuando la oyó en una radio tocacassette Panasonic. Perdía dos a cero y él culpaba a aquel nuevo arquero desconocido que no era Quiroga. Cuando escuchó un tercer gol simplemente apagó el aparato en un segundo lúcido para echarse a llorar. Solo en su cuarto sintió mucha rabia y así hasta que se durmió. Al día siguiente su hermano lo sorprendió con la noticia. La U había ganado 3-2 volteando el partido a aquel rival innombrable de rayas azules. Imposible, pensó él, la U perdía 3-0, ¿cómo podía haber terminado ganando 3-2? Misterio, pero era cierto, el periódico así lo decía en letras enormes. 
Semanas más tarde se vio subiendo unas escaleras con publicidad de una gaseosa ya inexistente llamada Teem. Iba de la mano del viejo. Oriente. Fueron seis horas de fútbol, cuatro de las cuales esperaron su aparición. Física, porque su espíritu estuvo allí desde antes incluso que ellos llegaran. Las enormes banderas, el grito incesante, la viril alegría de un canto de triunfo, tanta gente como nunca había visto junta. Este pueblo se preparaba para que la U saliera campeón. Cayeron miles de papeles y abajo estaba el equipo crema, ganando 4-0 a un equipo llamado Espartanos, inolvidable. La U campeón, todo un cancionero aprendido en horas, arengas que permanecerían por toda una vida que aun está inacabada, recordando en cada repetición susurrada que el fútbol no es solo un deporte y que esa tarde noche de domingo el mundo se había vuelto un poquito mejor.

18/4/13

Una de Cantinflas

Cantinflas aparecía en un programa televisivo mexicano llamado Chiquilladas. Lo imitaba un niño que se hacía llamar Carlinflas y así es como lo llegué a conocer, todos los elementos de su personaje. Luego llegó el día en que sin mayor motivo busqué por todos los medios que tiene un niño que me llevaran a ver El Extra al cine. Fui un lunes, me llevó mi hermana mayor e imagino que la película se le anticipaba insoportable pues obligó, forzó, invitó a una de sus amigas para que la mantenga acompañada durante la función de marras. Fue matiné y una de las pocas veces que fui al cine mientras fui niño. Las otras fueron para Roger Rabbit, Bambi, y un par más que por prescindibles han sido enviadas a aquel lugar donde los recuerdos desaparecen sin mayor alegato de parte de nadie. 
En fin, el canal 9 pasaba sus películas cada domingo. Las veía junto a papá y hoy las sé prácticamente de memoria. O al menos eso me gusta pensar. Sus historias con moraleja me han enseñado mucho sobre lo bueno y lo malo y de las cosas que realmente valen. Ya se sabe, Cantinflas es el personaje sin mayor dinero que sobrevive gracias a la picardía pero sobre todo gracias a ser un buen tipo. Los buenos tipos siempre ganan en las películas. La realidad, como se sabe también, es muy diferente. Pero siempre se puede volver a ver una de estas historias y creer, sobre todo eso, creer.

17/4/13

Boston

Algo anda mal cuando vemos repetidas innumerables veces frente a nosotros las imágenes de un crimen contra gente inocente y nos conmovemos. Algo anda mal pues no somos capaces de pensar en aquello que no vemos. Durante toda la tarde del lunes las mismas bombas explosionaron junto a los mismos inocentes y fueron mil las veces que lo vimos y entonces fue como si no hubieran sido ni dos ni tres sino cientos, miles de bombas que nos indignaban y nos llamaban a reflexión. 
Hace poco más de diez años el presidente de Estados Unidos decidió que un país llamado Irak representaba un peligro para el mundo porque escondía armas de destrucción masivas. Envió una de las fuerzas militares más poderosas del mundo a protegernos de ese peligro. Desde el día en que se inició esa guerra murieron decenas de miles de inocentes, familias enteras, niños, bebes, mujeres, hombres, ancianos. Otros más quedaron físicamente mutilados, traumatizados por lo que vieron y vivieron. Se les llamó 'daños colaterales' y esto duró muchos años. No recuerdo a nadie pidiendo rezar por las muertes en Irak, ni manifestar su pena mediante mensajes en el ciberespacio, ni mucho menos ver portadas apocalípticas sobre el tema. Se celebró la caída de un dictador. NUNCA SE ENCONTRARON LAS TALES ARMAS QUE JUSTIFICARON ESTA GUERRA. No recuerdo tanta cobertura insistente como también lo hubiera merecido.

Está mal ser un terrorista y asesinar a gente inocente. Está mal ser un gobierno y también asesinar gente inocente. Ambos merecen ser despreciados, mi pregunta es ¿Por qué no es así? No tengo respuesta.