14/11/12

LA UÑA LARGA DEL DEDO MEÑIQUE

¿Realmente querías saber? Cuando entendiste que aquella larga uña del dedo meñique no era un acto de coquetería sino una extensión anatómica con precisa utilidad práctica, no pudiste evitar un gesto de desagrado. Segundos después pensaste que en el fondo no era tan mala idea. Inmediatamente desechaste la idea por ser tan notoriamente repulsiva.
Todos producimos cera en el oído. Todos nos la tenemos que limpiar. Sin embargo la idea de cultivar la herramienta necesaria para ese proceso en nuestro propio cuerpo es poco ponderada y simplemente inaceptable socialmente. ¿Por qué?
Porque los desperdicios de nuestros cuerpos nos avergüenzan, porque usualmente se ven o huelen mal. Aquello innecesario que el cuerpo sabiamente y con esfuerzo o paciencia expulsa de sí nos ha costado siglos, milenios poder tener una manera de desaparecerlo de nuestra percepción. Hemos inventado retretes, desagües, pañuelos, pero aun estamos a merced de un mal funcionamiento que nos devuelva a aquello básico que somos. A esos seres productores de estiércol de manera regular que para tristeza de la civilización nunca dejaremos de ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario