3/6/12

Claretiano

El Claretiano era un colegio que quedaba en Magdalena. Ubicado junto a la cúpula que es visible desde buena parte de Lima, recibía diariamente a cientos de niños pequeños correctamente uniformados que en su mayoría se despedían con un beso en la mejilla de alguno de sus padres. Tenía turno tarde y turno mañana y las profesoras usaban todas guardapolvos celestes que cubrían sus ropa formal de cada mañana. La profesora Emily nos jalaba las patillas, la profesora Nora tenía una guitarra y nos empezaba el día cantando canciones que aun de vez en cuando tarareo o canto, la profesora Virginia nos enseñó 'El baile de los que sobran' y la señorita Carmen llegaba tarde con frecuencia. En los recreos jugábamos fútbol aunque sea con chapitas, antes de entrar a clase formábamos y también al salir. Rezábamos a diario y los lunes se cantaban los himnos, nacional y del colegio. La directora tenía cara de rana, el regente era una mierda que nos agarraba a palos por cualquier motivo, no teníamos biblioteca pero sí una capilla. Lo mejor del kiosko eran las salchipapas. Se entraba a las 7 y 30 y se salía a las 12:45. Al salir, caminaba 10 cuadras hasta casa y hace unos años disfrutaba de rehacer ese largo camino en silencio y recordando.

1 comentario:

  1. Las salchipapas de los kioskos escolaren siempre han sido lo maximo, a china nomás.

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