En una de esas comedias románticas que con demasiada frecuencia termino viendo, una vez oí una definición de la paternidad que me pareció bastante acertada. Decía este personaje que criar un hijo es lo más horrible que hay (él tenía 3), pasan cosas horribles una tras otra hasta que de pronto 'something amazing happens' y te te olvidas de todas esas cosas horribles que pasaron. Y luego se vuelve a empezar.
No creo que se puedan calificar las cosas que suceden de 'horribles' pero sí es cierto que las cosas se pueden poner difíciles con frecuencia. Duermes menos, pierdes control sobre las cosas a tu alrededor, la gente jode (es increíble lo jodida y metiche que puede ser la gente, hay que vivirlo para entenderlo), no tienes tiempo para nada y un largo etcétera. Pero entonces 'eso' sucede, indescriptible, real, tuyo, todo ha valido la pena entonces y hasta se agradece haber pasado por todo ello porque de no haber sido así no estarías atestiguando tanta belleza.
Y esas cosas se viven solo una vez.
He vivido muchas de ellas y sé que aun me faltan vivir otras tantas. Como cantaba Mercedes Sosa, es cuestión de agradecer a la vida poder ver el 'fruto del cerebro humano', ser testigo de lo que todos alguna vez hemos sido, imaginar aquello que podrá ser y rogar cada segundo que te alcancen los años para ver el final feliz de esa historia inimitable de la que formas parte sin merecerlo.
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