8/7/13

Taxista

Se toma un taxi y de pronto empieza el relato de los últimos días vividos por aquel con las manos sobre el volante. Resulta que es el primer día que trabaja después de dos semanas pues no pagó la última letra de su auto a tiempo. Eran cuatrocientos soles que canceló a medias previa conversación con una mujer que aceptó otorgarle dos días más de plazo pero al final ella en realidad no tenía ningún poder de decisión.
Finalmente cuando iba al grifo por algún extraño motivo no le permitían llenar su tanque pues decían que tenía una deuda también de cuatrocientos soles. Cuando finalmente pudo juntar el dinero necesario para pagar resulta que su firma no le salía igual a la del DNI por lo cual no la querían reconocer y así estuvo, durante tres días, yendo a firmar por horas intentando obtener una firma lo más cercana posible a la original, cosa que recién logró el día de hoy por la mañana con lo cual pagó la letra, pagó el gas, se compró desayuno en una carretilla y minutos más tarde se apareció frente a mi dispuesto a iniciar otro día de trabajo confiado en la suerte que le da cada primer pasajero del día que se sube a su auto blanco.
Hasta que llegamos a mi destino.

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